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Marcos Berríos recibe “las alas” de astronauta de manos del también puertorriqueño Joseph Acabá

Imagen de Ariadna S. Rubio Lebrón
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“Espero hacerlos sentir orgullosos”, dice el nuevo astronauta al enviarle un mensaje a Puerto Rico durante una entrevista con El Nuevo Día

 

Houston, Texas - Reconociendo la importancia de representar a Puerto Rico y la comunidad latina, Marcos Gabriel Berríos se convirtió oficialmente este martes en astronauta de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, en inglés), con la oportunidad de ir, en los próximos años, a la Estación Espacial Internacional (EEI) y ser el primer puertorriqueño en pisar la Luna.

“Espero hacerlos sentir orgullosos. Gracias por el apoyo que me han dado”, dijo Berríos, en entrevista con El Nuevo Día poco después de la ceremonia, al hablarle a Puerto Rico, a cuyas playas espera regresar de vacaciones tan pronto como en dos semanas.

Berríos -quien en enero cumplió 40 años- es uno de 10 nuevos astronautas de la NASA,que se graduaron en el Centro Espacial Johnson de Houston, Texas, junto a dos de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Es parte de la clase de astronautas número 23 de la NASA, que lleva el nombre de “las moscas”. “Este es el resultado de mucho esfuerzo, mucha dedicación. También, es un sueño y una meta cumplida”, dijo Berríos, doctor en Aeronáutica, piloto y mayor de la Fuerza Aérea estadounidense.

Para Berríos, fue “un momento muy lindo” que las “alas” de astronauta le fueran entregadas por el primer boricua en ir al espacio, Joseph Acabá Herrero, ahora jefe de la Oficina de Astronautas de la NASA.

Durante dos años, Berríos y sus otros 11 colegas fueron adiestrados para caminatas espaciales, uso de equipo robótico, el manejo de sistemas de estaciones espaciales, dominio del jet T-38, exploraciones geológicas, senderismo y dominar el idioma ruso.

Berríos dijo que, tanto el entrenamiento para las caminatas espaciales como el aprender ruso, fueron las tareas más fuertes. Los dos procesos, sin embargo, se los disfrutó. La exploración geológica fue toda una novedad.

“(Los ejercicios de entrenamiento para) las caminatas espaciales fueron mental y físicamente fuertes, pero fue el entrenamiento que más me gustó. Y físicamente es difícil porque en ese traje espacial se hace bien difícil moverte, requiere fuerza, pero también mentalmente es difícil porque estás casi seis horas debajo del agua entrenando. Requiere que puedas internalizar la información…. pero en ese entrenamiento fue cuando más me sentí como un astronauta. Fue bien especial”, sostuvo.

Durante la ceremonia, Berríos respondió preguntas de periodistas y estudiantes, incluido uno de la Wesleyan Academy de Guaynabo, donde estudió y su madre, Antonia Roldán, fue maestra. Sus padres, la profesora Roldán y Clemente Berríos -teniente coronel jubilado del Ejército-, y sus hermanos Tito y Omar, junto a sus familias, estuvieron en la ceremonia.

“Muy orgulloso de tener otro astronauta puertorriqueño”, dijo, por su parte, Acabá Herrero a El Nuevo Día.

Berríos destacó la importancia de la representación y de reconocer el talento de Latinoamérica.

“Ojalá, hoy sea otra oportunidad para abrir puertas para que otros como yo en el futuro reconozcan que el talento en la comunidad latinoamericana es fuerte y que no hay razón para que nadie piense de otra manera. Por eso, mi consejo para ellos sería que no se rindan, que mantengan la curiosidad, la humildad, la disciplina y, a pesar de toda adversidad, derriben todos los obstáculos”, sostuvo Berríos, al reconocer el legado de otros astronautas latinos, como Acabá Herrero.

Berríos piensa que su primera experiencia en el espacio debe ser en la EEI. “Creo que primero sería mejor una misión a la estación espacial, que sería (de) seis meses...donde Joe (Acabá) o donde la NASA piensen que yo pueda aportar mejor”, agregó.

Si fuera al espacio o la Luna, Berríos da por descontado que llevará consigo la bandera de Puerto Rico y fotos de su familia. ¿Qué más? Dice que no ha tenido tiempo para pensarlo.

En su mensaje, el administrador adjunto de la NASA, James Green, destacó que se trata de 12 personas “excepcionales”, que entran al programa en un momento excitante debido a la misión Artemis que busca regresar a la Luna.

Al ser presentado como nuevo astronauta, su colega Jessica Wittner destacó la aptitud de Berríos para el entrenamiento. “Nos impulsaba a trabajar más fuerte, a ser mejores”, dijo Wittner.

El astronauta de los EAU, Mohammad AlMulla, por su parte, resaltó la habilidad de Berríos como piloto y bailarín. Berríos presentó en la ceremonia a AlMulla, quien considera al boricua su mejor amigo del grupo, luego de haber hecho juntos durante nueve meses, según dijo a El Nuevo Día, los entrenamientos para las caminatas espaciales. Como Berríos, AlMulla es piloto.

El nuevo astronauta boricua -nacido en Tenesí y criado en Guaynabo- se une a cerca de tres decenas de astronautas que pueden aspirar a ser uno de los cuatro que formarían parte de la misión Artemis III, que se prevé sea la primera en medio siglo en poner pie en la Luna.

Berríos es también candidato a ir a la EEI, a donde arribó este mismo martes una nueva misión de la NASA. La agencia espacial tiene en sus planes, además, ir a Marte durante la próxima década.

Como otros de sus compañeros, Berríos tiene experiencia como piloto, incluso a cargo de helicópteros en la guerra de Afganistán, donde realizó misiones de rescate. Al entrar a la NASA, Berríos ya había acumulado más de 110 misiones de combate y 1,400 horas de vuelo.

En Puerto Rico, Berrios se graduó de secundaria de la Antilles High School. Su madre es de San Lorenzo y su padre, quien también fue militar, de Humacao. En Puerto Rico, vivió hasta irse a estudiar Ingeniería Mecánica en el Massachusetts Institute of Technology (MIT).

Su maestría en Ingeniería Mecánica y su doctorado en Aeronáutica y Astronáutica son de la Universidad Stanford, en California.

Por su parte, Acabá Herrero es el primer boricua astronauta de la NASA, una agencia en la que trabajan decenas de puertorriqueños. Acabá Herrero cumplió con tres misiones a la EEI.

Durante la segunda ocasión, Acabá Herrero estuvo 125 días en el espacio. En total, tiene 306 días en el espacio y 12 horas y 57 minutos en dos caminatas espaciales.

Aunque se graduó el martes, Berríos sostuvo que los entrenamientos continuarán.

“Terminamos el entrenamiento básico. Pero, son tres fases de robótica. Tenemos entrenamiento en el agua, caminata espacial, donde estamos ayudando con el desarrollo de los procedimientos de las caminatas que se van a hacer en la estación en par de meses. Tengo un trabajo técnico en la oficina. Voy a estar trabajando con los vehículos que van a alunizar con SpaceX y Blue Origin. Y también seguimos con Geología y (otros) varios entrenamientos”, explicó.

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