Ejemplo agrícola para la niñez
Enviado el 12 agosto 2013 - 12:01am
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Cayey - “Mi papá, Carmelo López, me enseñó a sembrar y como vio que me gustaba tanto me donó cinco cuerdas de terreno. Esa es mi finca, se llama Hacienda Lírica”. José Esteban López Maldonado es uno de los agricultores certificados más jóvenes que tiene Puerto Rico. Tan solo tiene 10 años y es natural de Adjuntas.
Contó que le puso ese nombre porque a él también le gusta la música; toca cuatro, guitarra y flauta. “Además, la naturaleza es música. El río, el viento, el sonido de los animales, toda esa música me acompaña cuando estoy trabajando”, dijo José Esteban. Como si fuera poco también da tutorías y recoge y dona ropa para niños.
En su finca de Adjuntas José Esteban tiene sembrado yautía, plátano, guineo, apio, calabaza, china y café, entre otros productos agrícolas. “Mi papá me ayuda a sembrar y también tengo varios amigos que van y yo les doy tutorías y les enseño a cosechar”, aseguró.
De su familia aprendió el proceso de hacer café. “Mi café es artesanal. Cuando los granos están maduros los recojo, los seco, los tuesto, hago todo el proceso y, al final, me queda con un sabor como a carbón, el verdadero sabor que debe tener el café. Le tengo hasta unas bolsitas en tela de saco, con el nombre y todo para la venta. Dicen Café Artesanal Hacienda Lírica”, indicó el pequeño agricultor.
Hace dos años sembró 126 arbolitos de china. “Es que tengo pensado hacer un negocio de jugos naturales con jugo de china”, añadió el niño, quien vende sus productos todos los segundos sábados de mes, en el Mercado Agrícola Verdes Sombras, organizado por la Universidad de Puerto Rico (UPR), en Cayey.
Precisamente, ayer era el segundo sábado de mes, y José Esteban estaba en el Mercado, que ubica en el Parque de las Verdes Sombras. Todo el mundo conocía al niño, lo saludaba y mucha gente iba a buscar su productos, especialmente a tomarse una taza de café, que vendía a 25 centavos.
Para el mercado se instaló una fila de quioscos con una gran variedad de productos agrícolas, plantas, alimentos frescos y artesanías. En uno de los puestos estaba el agricultor Daniel Alvarado, de la Finca Estancias del Paraíso de Orocovis. “Somos 55 agricultores que nos hemos unido para vender lo que cosechamos. Agricultores hay, lo que necesitamos son lugares como este para vender nuestros productos”, manisfestó Alvarado.
Con otro puesto de productos agrícolas estaba la familia Solivan Roig, comandados por Francisca Roig con su esposo, hijos y nietos. Tenían papayas, ajíes dulces, pimientos y mucho recao, entre otros productos.
“Lo nuestro es un trabajo de familia. Sembramos entre todos y venimos y lo vendemos aquí en el mercado. Trabaja mi esposo, mis hijos y hasta los nietos”, contó Francisca Roig.
Por su parte, Angélica Canini Torres, coordinadora del Mercado y asistente administrativa de Casa Universidad, un programa de servicio comunitario de doctor José A. Vargas Vidot, explicó que este mercado va de la mano con el plan salubrista de Vargas Vidot.
“El mercado se celebra en el Parque de las Verdes Sombras, de la U.P.R., en Cayey, en la avenida Los Veteranos. Se comenzó en octubre del año pasado y todos han sido un éxito. El próximo es el 14 de septiembre. Siempre son de 9:00a.m. a 2:00p.m., y la entrada es gratis. Tampoco se le cobra nada a los que venden sus productos. “También invitamos a varios artesanos de Cayey y del área para que vendan sus artesanías. Lo que queremos es que todo el mundo se beneficie”, sostuvo Canini Torres.
Por otro lado, el profesor Félix Velázquez Soto, encargado del parque y director de la Oficina de Salud y Seguridad Ocupacional y Protección Ambiental de la UPR en Cayey indicó que en los días de Mercado se ofrecen talleres que tengan que ver con la naturaleza.
“Hemos tenido talleres de huerto casero, de reciclaje. Hoy (ayer) se ofreció el taller La importancia de las abejas, mitos y realidades, por el apicultor Alexander Guadalupe, que habló de abejas Bonsai. También tuvimos presentaciones artísticas, auspiciadas por el talento de la Escuela de Bellas Artes de Cayey”, dijo. “La gente viene y, además de llevarse productos agrícolas y artesanías, disfruta y aprende mucho”, puntualizó Velázquez.