Por Wilfredo Ortiz / Especial para El Nuevo Día

endi.com

Es posible que durante esta Navidad usted haya regalado algún producto de belleza, para el hogar o equipo deportivo que sea fruto de la nanotecnología.

“¿Nano, qué?” Nano es un prefijo que denota una dimensión en el orden de 10-9 metros. Si ponemos esta medida en perspectiva, una molécula de azúcar -no un grano-, de esas que endulzan nuestro rico café puertorriqueño, mide aproximadamente un nanómetro y un cabello humano es aproximadamente 50,000 veces más grande que una molécula de azúcar.

Pero, ¿qué es la nanotecnología? Es la tecnología que utiliza las propiedades microscópicas de los átomos y las moléculas para crear y desarrollar materiales con nuevas propiedades.

Se estima que hoy día existen sobre 300 productos disponibles al consumidor que de una manera u otra contienen elementos de la nanotecnología. En la página web www.nanotechproject.org puede encontrar una lista de artículos disponibles en el mercado actual que tienen algún elemento nanotecnológico. Entre los productos que allí se mencionan existen abrigos, guantes, baterías, cremas para la piel, reproductores MP3, raquetas de tenis y hasta contenedores de comestibles, por mencionar sólo algunos.

Entre los elementos más comunes utilizados en la creación de estos productos se encuentran nano-partículas de plata, que se utilizan para proteger los alimentos contra las bacterias y los nano-tubos de carbono, interesantes y útiles, ya que generan materiales de poco peso y alta dureza.

Recientemente la revista “Nature” publicó un estudio, realizado por el Centro para Nanotecnología Biológica y Ambiental de la Universidad de Rice (Houston, Texas) y el Centro de Nanotecnología en la Sociedad de la NSF y auspiciado por la Fundación Nacional de Ciencia (NSF), sobre la percepción del público en general con respecto a productos de contenido nanotecnológico. El estudio buscaba contestar la siguiente pregunta: ¿qué motiva al público en general a apoyar productos nanotecnológicos? También buscaba cuantificar la percepción pública sobre sus beneficios y riesgos. El estudio demostró que el 69% de los encuestados saben poco o nada de la nanotecnología.

También reveló que cuando se analizan sus riesgos y beneficios se busca compararla con otras tecnologías existentes, como por ejemplo la nuclear y la genética.

Se estima que para el 2014 el mercado de productos con origen nanotecnológico alcanzará los $2.6 trillones. Es por esto que durante la administración del presidente Bill Clinton se estableció la Iniciativa Nacional Nanotecnológica (NNI), que asignaba fondos del gobierno federal para catalizar su desarrollo.

Para los expertos en la materia es evidente la importancia de seguir impulsando la nanotecnología, pero a nivel nacional, es crucial que el público en general también entienda y comprenda sus beneficios y riesgos.
La desinformación puede poner en riesgo la política pública y la inversión financiera que alimentan el desarrollo de esta beneficiosa y prometedora tecnología.

*El autor es asociado post-doctoral en el Departamento de Química de la Universidad de Houston y miembro de www.cienciapr.org.